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miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Y si el paciente se destroza la salud?

A estas alturas de la película, es indiscutible que cada uno somos dueños de nuestro propio cuerpo, no solo porque así lo dicte la ley, si no porque lo dice el sentido común.
No me planteo en ningún caso discutir la decisión de un paciente que, siendo consciente de las consecuencias de su decisión, estando en plenas facultades mentales, rechaza un tratamiento.
Pero hay otras situaciones que sí me resultan más complicadas. No juzgo, no dejaría de atender al enfermo en ningún caso, tampoco me malinterpreteis.

Pero me dejan con una sensación extraña.

Y es que ver a un paciente que con menos de 30 años seguramente pierda una pierna cuando podría haberse evitado, o al menos retrasado dejando el tabaco, marca.
Porque al fin y al cabo, puedes aconsejar, puedes dar las herramientas para que el tratamiento resulte más sencillo...pero no puedes ayudar a quien se niega a ser ayudado.
Y eso pasa continuamente: el diabético que se niega a hacer dieta, el hipertenso que no toma la medicación y pasa del ejercicio. No siempre son casos tan brutales como el que he seguiré esta semana, pero pasa.

Y entonces...¿Qué puede hacer el personal sanitario?

miércoles, 23 de marzo de 2011

Cuando tenga casa propia quiero este baño

No soy muy caprichosa en cuanto a este tema...es decir, cuando tenga casa propia, llegados a este punto, creo que me conformaré con eso precisamente, tener un techo que me tape.
Pero en Dubai, y más tarde en Jakarta (creo que es algo típico de los países musulmanes), descubrí algo que me ha cautivado totalmente. El cuarto de baño definitivo.
Esto:
Básicamente es una duchita. Flis flis y quedas fresco y limpio para seguir tu día.
No me había fijado en lo poco higiénico que es nuestro papel higiénico hasta que descubrí esto. Ya lo echo de menos.
(y sí, aquí tenemos bidé, pero no hay en los espacios públicos ni es tan cómodo. Y también tenemos toallitas húmedas pero no, definitivamente no es lo mismo)

domingo, 20 de marzo de 2011

¿Ayer saliste de fiesta y hoy tienes los mocos negros?

Desde que empecé a salir por ahí, cuando era una tierna criaturilla no premédica, me di cuenta de que al día siguiente tenía tendencia a tener mocos negros como el carbón (Venga, lectoras del blog...ahora no me digáis que no lo habíais notado nunca)

Como una siempre ha tenido mentalidad científica, después de darle muchas vueltas deduje que habiendo descartado el humo (Ya que a diario iba a sitios frecuentados por fumadores y sin embargo no había el mismo resultado) tenía que venir del lápiz de ojos que de alguna forma llegaba a mi nariz. La forma en sí, fue un misterio.

Años después llegué a la Fuckultad y la anatomía, que tan horrible parece cuando tienes que sacar un 8 para aprobarla me dio la solución.
Tal y como se ve en la imagen, las lágrimas se producen en la glándula lacrimal, que está en la parte superior externa del ojo. Humeden el ojo y van a parar a dos agujerillos situados en el ángulo interno del ojo. Éstos drenan las lágrimas hacia unos conductos que se unen en el saco lagrimal y este a su vez, va a parar al conducto lacrimomuconasal.
Y así, las lágrimas llegan hasta la nariz.

En condiciones normales es algo imperceptible, pero a veces la cantidad o calidad (color) de la lágrima cambia. Así, cuando nos da un berrinche se tapa la nariz como en los peores resfriados y después de una noche de fiesta llenamos los pañuelos de negro (o morado, o azul, o amarillo pollo).

Esto también explica que haya quien puede meter líquido por la nariz y soltarlo por los ojos (como en aquellos programas de principios de los 90 en los que había mujeres que lloraban sangre y hombrecillos que parecían tener una fuente en los ojos).

lunes, 14 de marzo de 2011

Terremotos...

Empecé otro día más sabiendo que iba a ser largo. Un día cualquiera, puede ser que fuera viernes, puede ser que fuera 11 en el que desayuné y preparé la maleta para dejar Yakarta, porque sí, mi reunión era en Indonesia.
Debía tomar un autobús, que me llevaría a un aeropuerto donde a su vez me subiría a un avión, que me dejaría en otro aeropuerto donde unas cuantas horas después otro avión me dejaría en un tercer aeropuerto en el que de una forma u otra encontraría la forma de llegar a eso que llamo casa, dejando atrás una de las experiencias más alucinantes de mi vida.

Y entonces empezaron a llegar los SMSs preguntando por no sé qué terremoto que debería haber sentido y todo se volvió confuso. Las pantallas de información del aeropuerto solo mostraban imágenes con texto en indonesio con las que debía imaginar mi propia historia de lo que ocurría. Alerta de tsunami en el Pacífico, una ola comiéndose un aeropuerto en Japón, sucesos en Sulawesi y Papua y miedo. Porque no me importa admitirlo, pasé miedo.

Supongo que esta es una de las cosas que contaré a mis nietos si algún día los tengo. Que en Yakarta no sentimos nada, que Japón...quien sabe que contaremos de Japón cuando todo esto empiece a pasar.

Ya estoy de vuelta gente, pero necesitaré tiempo.

jueves, 3 de marzo de 2011

De anónimos y sandeces

Mi blog siempre ha sido, y será un sitio libre. Acepto las críticas y he tenido discusiones (en el buen sentido de la palabra, ese que es asimilable a debate) con muchos lectores. De todo se aprende, y todos los puntos de vista merecen la pena siempre que haya respeto de por medio.

Pero a veces llegan personas, normalmente ocultas tras un simple anónimo que pierden el respeto total por quien escribe un blog, y lo convierten en el foco de todo el odio que llevan dentro hasta en el post más inocente o insulso. La verdad es que he tenido relativa suerte y en los más de 3 años de andadura del blog no han sido muchos, todo hay que decirlo.
Uno se pregunta si se trata de una lucha contra el mundo o es algo personal (que seguramente bien se podría solucionar tomando un café y diciendo las cosas a la cara, sin la protección del anonimato y la pantalla del ordenador que tanto envalentona)

Y lo siento, pero no.

Escribo en el blog porque me gusta y me siento cómoda haciéndolo. Me gusta el feed-back, los comentarios. Me gusta aceptar sugerencias y críticas. Pero esto no es un libro de aquellos de elija su propia aventura, en el que el lector puede manejar a su antojo como continua la historia si lo que lee no le gusta. Ni lo es, ni lo va a ser.

Así que aprovechando que estaré fuera de casa unos días y siguiendo el ejemplo de la genial Doctora Jomeini, los comentarios estarán moderados, entre otros motivos por respeto hacia mis lectores que no tienen por qué leer ciertas cosas, ni mucho menos verse afectados por una bala perdida.

Nos vemos pronto. Yo mientras me voy a hacer la maleta, que una reunión me espera a chorricientas horas de vuelo y estas cosas no se preparan solas.

martes, 1 de marzo de 2011

Me han ofrecido irme de voluntariado a Honduras

(Antes que nada, recordar que el título del post, al igual que en este, es totalmente ficticio...un ejemplo hipotético con intención didáctica-informativa en el que el país en cuestión es lo de menos)

Bastantes personas me han comentado que estaban pensando irse de voluntarios a países más o menos recónditos ya que les había surgido la oportunidad de hacerlo. El problema principal era que el vuelo no es barato y al ser todos estudiantes, la cosa se complicaba.

Para empezar, eso no es voluntariado (recordemos aquello de Que se lleven a cabo sin contraprestación económica, sin perjuicio del derecho al reembolso de los gastos que el desempeño de la actividad voluntaria ocasione que dice la ley del voluntariado). Sí, es una cuestión de nombre y punto, lo mismo da que lo llamemos voluntariado o viaje de ayuda si el fin es el mismo...pero no, no es voluntariado.

El principal problema de este tema es que como comentaba en la entrada anterior, no todas las ONGs están dispuestas a enviar estudiantes o gente recién salida de la Facultad con poca experiencia a sus proyectos para un periodo normalmente corto. Sin embargo, sí hay mucha demanda para ese tipo de viajes así que a la sombra de tanta petición han surgido empresas que se encargan de tramitar viajes solidarios.
El concepto es simple: eliges el destino y el tipo de proyecto (educación, sanidad...), pagas X cantidad para gastos de gestión y de alojamiento/comida en destino, te compras tu vuelo...y en un par de meses solucionado.

Las implicaciones son varias...para empezar, puede tratarse de una ONG que no tiene fondos suficientes, o de una empresa con todas las de la ley, y no es lo mismo que tu dinero revierta en el proyecto en el que trabajarás o en otros de la misma comunidad, que que sirva para financiar el sueldo del directivo de la agencia.

Por poner un ejemplo, en el campo de la salud, seguramente por la importancia a nivel de curriculum que se da en países anglosajones a la realización de prácticas en distintos ambientes, hay bastantes empresas que por una cifra MUY alta (estamos hablando de miles de euros) tramitan el mes de prácticas en India, Mozambique, Argentina... Las prácticas se suelen hacer en hospitales privados y los gastos del viaje se pagan a parte. ¿Algo huele raro no?

Por supuesto que hay de todo, la cuestión es como siempre, informarse. Al fin y al cabo, se puede ayudar mucho y desde luego, la experiencia personal seguramente sea inolvidable. Pero las cosas hay que hacerlas bien.

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